ASMA – TRATAMIENTO CON OZONOTERAPIA

El efecto de la ozonoterapia está relacionado con su capacidad para influir en muchos puntos problemáticos del proceso patológico, sobre todo, por su capacidad para eliminar el espasmo bronquial. los beneficios que se logran con la aplicación del ozono, es la reducción (en el 40% de los casos) de la sintomatología clínica entre otras muchos beneficios.

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Asma tratamientos con Ozonoterapia

El asma bronquial es una enfermedad cuyo síntoma fundamental son las crisis de asfixia debidas a la obstrucción de las vías respiratorias por un aumento de la sensibilidad de la tráquea y los bronquios a diferentes agentes irritantes. La alteración de la permeabilidad bronquial está relacionada con el espasmo de la musculatura lisa, el edema de la mucosa, la inflamación de la mucosa bronquial y la obstrucción de los bronquios por las secreciones.

Según el acuerdo internacional del año 1995, el asma bronquial se considera un proceso inflamatorio crónico de las vías respiratorias inferiores. Esta determinación refiere al principal aspecto patogénico del eslabón infeccioso en la aparición de esta enfermedad.

Y si los ataques de asma bronquial se producen de forma episódica, el proceso inflamatorio es constante. La aparición de la inflamación inicial en las vías respiratorias de los pacientes afectados del asma bronquial se relaciona con una predisposición atópica, congénita y hereditaria de las reacciones alérgicas.

Los alérgenos más difundidos son los ácaros del polvo doméstico, los animales, los abrigos de lana, las cucarachas, el polen y los mohos. Un potente factor de riesgo es el tabaquismo ,así como los contaminantes químicos y del aire. Asimismo las cargas físicas, el aire frío y los cambios del clima, los aditivos culinarios y el ácido acetilsalicílico pueden ser la causa de la aparición o el agravamiento del asma bronquial.

En la actualidad, se otorga una gran importancia a la aparición del asma bronquial a las infecciones por virus que afectan al aparato respiratorio. La infección mixta conlleva una evolución más grave de la enfermedad.

El agravamiento de la infección provoca el inicio o las recidivas del asma bronquial, que se manifiesta por la hiperactividad de los bronquios, acompañada por alteraciones funcionales y morfopatológicas de las vías respiratorias en forma de alteraciones en la regulación neuronal de la musculatura lisa bronquial, lesión epitelial, aumento de la permeabilidad vascular, producción de IgE y aparición de reacciones alérgicas posteriores.

Todo ello es la causa del espasmo bronquial, el edema de la mucosa bronquial y la hipersecreción de las glándulas bronquiales, lo que conforma el síndrome de la obstrucción. En la patogenia de la hiperreactividad bronquial, se advierte, más adelante, la incorporación de las células efectoras de la inflamación, que es la causa de la desgranulación de los mastocitos, la liberación por los eosinófilos y neurotrófilos del factor hemotóxico, la histamina, los leucocitos y el factor de activación de los trombocitos, que tienen propiedades bronco-constrictoras.

El síntoma fundamental del asma bronquial es la típica crisis de asfixia, que suele iniciarse por la noche o por la mañana temprano, con tos persistente, agotadora y sin expectoración. A continuación, aparece la sensación de ahogo con dificultad para la espiración, y la respiración se vuelve ruidosa y sibilante.

El enfermo tiene que sentarse a causa de la asfixia. El episodio finaliza con tos y secreción mucosa. Si no se consiguen detener las crisis, aparece el estado asmático.

Según todo lo expuesto anteriormente, los principios terapéuticos contemporáneos del asma bronquial se centran en la influencia sobre las infecciones víricas y bacterianas, el sistema inmunológico, los mecanismos de bronco-constricción y las reacciones alérgicas, así como la hipoxia.

El efecto de la ozonoterapia está relacionado con su capacidad para influir en muchos puntos problemáticos del proceso patológico, sobre todo, por su capacidad para eliminar el espasmo bronquial. Esto se debe al efecto dilatador sobre la musculatura lisa, que se forma en las células endoteliales, por la acción del ozono.

El ozono presenta una sustancial capacidad para eliminar la hipoxia tisular, que siempre existe en los pacientes asmáticos por la insuficiencia pulmonar en desarrollo debida al espasmo bronquial. La llegada de oxigeno a la sangre excepto en los pulmones, la mejor entrega de oxígeno a los eritrocitos de los tejidos y la mejoría de las características reológicas de la sangre constituyen la base de la eliminación de la hipoxia.

Con la mejoría de la oxigenación de la sangre, precisamente, con lo que Struchkov Cols. (2000) relacionan la mejoría respiratoria después de cada sesión de administración intravenosa de solución fisiológica ozonizada. El aumento de la llegada del oxígeno conduce a la normalización del funcionamiento de los órganos y sistemas, en particular del sistema inmunológico.

Los mecanismos inmunológicos del organismo humano dependen del oxígeno, puesto que la homeostasis y la fagocitos adecuadas con la generación de radicales libres del oxígeno por los macrófagos y granulocitos en la respuesta a la infección requieren el correspondiente suministro de oxígeno.

La insuficiencia inmunomoduladora del ozono se manifiesta por la activación de la fabricación, por linfocitos y monocitos, de citosinas, interferón, factor necrosante tumoral e interleucinas. Estas últimas, al llegar a la sangre, activan tanto la inmunidad celular como la humoral.

Se fortalece la síntesis de los linfocitos T citolíticos, que aseguran la inmunidad celular, y se normaliza la producción de linfocitos T colaboradores, que regulan la acción de los linfocitos B, dirigida a la síntesis de las inmunoglobulinas (Paulesu y Luzzi, 1991).

El aumento de la presión parcial del oxígeno en los tejidos como resultado de la ozonoterapia elimina los efectos negativos de la hipoxia, en lugar de actuar como estimulante de los linfocitos T, empieza a mostrar efectos citotóxicos (Belianin, 1998). La estimulación del sistema inmunológico hace posible la depresión del proceso inflamatorio, con disminución de la actividad de las células colaboradoras y disminución de la elaboración por ellas de sustancias biológicamente activas que alimentan las reacciones broncoespásticas.

La influencia antibacteriana y antivírica es fundamental. La acción bacteriana del ozono es análoga a la de los procesos que el organismo emplea para destruir los antígenos extraños es decir, refuerza la acción de los radicales libres debido al aumento de la capacidad fagocítica de los leucocitos.

Además, el ozono penetra en las células microbianas y reacciona con las proteínas del citoplasma, alterando así la proliferación de las bacterias. El mecanismo antivírico del ozono se manifiesta por el deterioro de las cadenas de polipéptidos de la cubierta, lo que afecta a la capacidad del virus para unirse a la célula.

También se produce la división de una cadena de ARN en dos partes, gracias a lo cual se altera el proceso de multiplicación del virus. Es necesario señalar la acción defensiva que ejerce el ozono sobre las células sanas frente a la penetración de los virus, debido a la activación de la síntesis de interferón y al refuerzo de la eliminación de las células dañadas por el virus.

La ozonoterapia puede emplearse como método profiláctico independientemente en al asma bronquial, dirigido a la disminución o eliminación de las crisis, y también para evitar la aparición de las mismas. Además, la ozonoterapia es un método eficaz para el tratamiento de enfermedades graves, e incluso, debido a sus posibilidades de potenciación, permite resolver el problema de alcanzar el máximo efecto terapéutico con la aplicación de la menor cantidad de medicamentos.

Artemeva cols. (2005) demostraron que la inclusión de la ozonoterapia en el tratamiento de esta enfermedad logra la disminución más acentuada de los niveles de histamina y serotonina, y el aumento más importante de catecolaminas en los macrófagos, linfocitos, neutrocitos, mastocitos y la mucosa alveolar.

Efectos de la ozonoterapia en enfisema pulmonar

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOc) se caracteriza por limitación progresiva al flujo del aire, no totalmente reversible, asociada con una respuesta inflamatoria anormal a partículas o gases nocivos. Clásicamente se identifican dos fenotipos: pacientes con EPOc en los que predomina la destrucción –enfisema– o bien, el caso de pacientes que predomina la obstrucción bronquial bronquitis crónica.

El enfisema se define anatómicamente como una distensión permanente y destructiva de los espacios aéreos distales a los bronquiolos terminales, con fibrosis evidente y pérdida de la arquitectura normal. En la práctica clínica, un paciente con enfisema ha sido o es un fumador importante, no obstante, en determinados países existen factores ambientales, que pueden ser la principal causa de desarrollo de la enfermedad.

La triada de síntomas principales del enfisema son: disnea, tos y expectoración, siendo la disnea el síntoma que más incomoda y angustia al paciente. aunque al enfisema se define en términos patológicos es importante también el empleo de técnicas como las de radiografía y la tomografía axial computarizada (Tac) de tórax, ya que estas ponen en evidencia las alteraciones morfológicas atribuibles a esta enfermedad.

El tratamiento de estos pacientes debe ser multidisciplinario e individualizado teniendo como objetivos básicos frenar la progresión de la enfermedad, aliviar los síntomas y prevenir o corregir las complicaciones o reagudizaciones que aparezcan. Tradicionalmente, el tratamiento se basa en el empleo de broncodilatadores y aún hoy siguen siendo el tratamiento básico de la enfermedad. No obstante, las nuevas concepciones etiopatogénicas (base inflamatoria), suponen un enfoque terapéutico diferente, introduciéndose más recientemente el empleo de antiinflamatorios.

El ozono es un gas extremadamente reactivo y su mecanismo de acción está relacionado con la generación de productos secundarios que en cantidades adecuadas ejercen diversas acciones biológicas que le confieren sus propiedades terapéuticas, tales como: germicida, modulador del estrés oxidativo y del sistema inmunológico y mejora el flujo sanguíneo. Además, el ozono incrementa la presión parcial de oxígeno en sangre, en tejido, sobre el metabolismo aeróbico mejora la respiración celular ya que actúa estimulando la actividad de enzimas como la de glucosa-6-fosfa-to-deshidrogenasa. a nivel preclínico se ha observado una modulación a nivel de tejido pulmonar lesionado de la enzima mieloperoxidasa. Todos estos aspectos hacen pensar que la aplicación del ozono en pacientes con EPOc, podría tener un efecto beneficioso.

Se reconoce que un estrés oxidativo moderado y controlado induce defensa enzimática antioxidante por lo que se ha señalado al precon-dicionamiento oxidativo como un mecanismo que pudiera explicar las acciones farmacológicas del ozono en las enfermedades mediadas por las especies reactivas del oxígeno. En el trastorno patológico del enfisema se destaca el papel del estrés oxidativo y su implicación en la aparición de la inflamación.

En el momento actual, existen millones de personas diagnosticados de enfisema pulmonar y muchos de estos individuos sufren de discapacidad progresiva. además, a esto se le suma que el número de muertes por año atribuidas a esta enfermedad sigue aumentando. Por tanto, existe una creciente necesidad de mejorar la calidad de vida y el manejo terapéutico del paciente con enfisema pulmonar. Es por ello que el objetivo de nuestro trabajo es estudiar los efectos de la ozonoterapia sobre los síntomas y el estatus de salud de pacientes con enfisema pulmonar.

Los principales hallazgos encontrados por el centro “Silvia Menéndes cepero Centro de Investigaciónes del Ozono” son: que los pacientes con enfisema pulmonar y tratados con ozono presentaron un aumento significativo de los valores espirométricos, mejoría de la oxigenación y reducción de la sintomatología clínica.

Al analizar las pruebas funcionales respiratorias se observó que el grupo Ozono mostró un aumento significativo de VEf1 y FEV1/FVF, lo cual está en correspondencia con estudios realizados en modelos experimentales en cobayos, donde en los grupos tratados con ozono se obtuvo una marcada disminución de la presión intrabronquial.

También, en estudios de pacientes con asma moderada tratados con ozono por vía rectal y autohemoterapia mayor (durante 3 ciclos) se reflejaron aumentos significativos del VEf1 y cVf, junto con una disminución de los niveles sanguíneos de IgE y un aumento del sistema antioxidante del glutatión eritrocitario, corroborando que la ozonoterapia puede ser una alternativa de tratamiento en el asma bronquial, gracias a sus propiedades inmunomoduladoras y reguladoras del estrés oxidativo.

Algunos autores plantean que en la EPOc, la presencia de reversibilidad en la obstrucción al flujo aéreo en ocasiones no se acompaña de cambios relevantes en la espirometría forzada, frecuentemente los pacientes refieren una clara mejoría clínica sin que se observe un incremento igual o superior al 12% en VEf1. De hecho, múltiples estudios han demostrado que puede haber cambios en la resistencia de la vía aérea, en la conductancia específica, en la capacidad residual funcional o en el volumen residual, sin una mejoría paralela en los parámetros espirométricos.

Al hacer la valoración final de la hemoglobina, se observó una disminución significativa en el grupo Ozono, no así en los grupos oxígeno y control. Los pacientes con enfisema severo desarrollan una policitemia secundaria, como respuesta compensadora a la hipoxemia. Esto concuerda con los resultados obtenidos en nuestro estudio, donde el grupo Ozono presentó al inicio cifras de Hb algo más elevadas, debido a que es el grupo con cifras de PaO2 más bajas (en la selección de los pacientes de este grupo coincidieron pacientes con mayor grado de obstrucción). Esto se debe al mecanismo compensatorio de la eritropoyetina estimulada por las bajas cifras de PaO2 que promueve la eritropoyesis. al final del tratamiento, con la mejoría de la función pulmonar, este grupo presentó una disminución significativa de las cifras de hemoglobina y un aumento significativo de la PaO2, comparado con el resto de los grupos.

La PacO2 se encontró dentro de los límites normales, tanto al inicio como al final del estudio en los tres grupos. Lo mismo para el pH, coincidiendo con lo reportado en la literatura y con los mecanismos reguladores del equilibrio ácido/base con que cuenta nuestro organismo.

El ozono es capaz de aumentar la fexibilidad del glóbulo rojo y la producción del 2,3 disfos-foglicerato, que actúa sobre la oxihemoglobina desplazando el equilibrio hacia la liberación de oxígeno a los tejidos. Estos efectos se relacionan con los resultados obtenidos y muestran los beneficios de la ozonoterapia.

Respecto a los estudios imagenológicos, los signos de enfisema no mostraron modificaciones, corroborándose el componente irreversible del daño estructural en el enfisema pulmonar. Otros beneficios que se logran con la aplicación del ozono, es la reducción (en el 40% de los casos) de la sintomatología clínica en estos pacientes, permitiéndoles referir una mejoría en cuanto a su autovaloración. Resultados similares se obtuvieron en pacientes asmáticos tratados con ozono. Atendiendo a la evolución de las variables estudiadas en el Índice de bODE26, el cual incluye el FEV1 (como medidor de la función pulmonar), la disnea (que representa la intensidad que acarrean los síntomas clínicos de la enfermedad) y la prueba de marcha en 6 min, se puede decir que la ozonoterapia ejerció un efecto positivo en el mejoramiento de estas variables al término del tratamiento. Teniendo en cuenta los resultados positivos alcanzados en este estudio, recomendamos la aplicación de la ozonoterapia como una variante terapéutica beneficiosa o como adyuvante al tratamiento convencional de pacientes con enfisema pulmonar.

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